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lunes, 31 de agosto de 2020
POSTEO 66: El punto de no retorno del calentamiento global
POSTEO 65: La regla de las tres R y los desechos tóxicos
miércoles, 26 de agosto de 2020
POSTEO 64: Nick Bostrom y el apocalipsis tecnológico
En esta entrevista donde no falta un sentido del humor sutil e irónico el filósofo sueco Nick Bostrom medita sobre los posibles caminos catastróficos que podrían conducir a la humanidad a su autodestrucción tecnológica, es decir, a un apocalipsis tecnológico. También ofrece posibles medidas para evitarlo, ninguna de las cuales parece atractiva por sus connotaciones negativas.
lunes, 24 de agosto de 2020
POSTEO 63: Las normas mertonianas de la ciencia
domingo, 23 de agosto de 2020
POSTEO 62: La declaración Einstein-Russell sobre armas nucleares
sábado, 22 de agosto de 2020
POSTEO 61: Los cyborgs ya están aquí
Mediante la tecnología el ser humano ha logrado alterar permanentemente el entorno natural creando un espacio de realidades artificiales en las que parece preferir vivir. Y hay quienes piensan que es tiempo de pensar en sentirse inconformes con el propio cuerpo humano, que es una manifestación de la naturaleza de la que provenimos y aplicar la misma clase de reforma tecnológica en él. Son personas que quieren usar la tecnología para superar las capacidades naturales del cuerpo humano. Combinando sus cuerpos con extensiones tecnológicas ellos aspiran a ser cyborgs, es decir, ensamblajes funcionales entre partes corporales y partes tecnológicas, una nueva clase de personas que deciden no estar limitadas a las cualidades primitivas del cuerpo humano.
POSTEO 60: Ciencia y Magia
lunes, 17 de agosto de 2020
POSTEO 59: La escala Kardashov
POSTEO 58: El dador de recuerdos
sábado, 8 de agosto de 2020
POSTEO 57: El agente naranja
POSTEO 56: Los efectos secundarios que nos enferman y matan
viernes, 7 de agosto de 2020
POSTEO 55: El Piloto de Hiroshima
- Cuándo todo esto acabe pienso comprarme un descapotable, viajar a California y emborracharme mientras salgo con una novia nueva.
- No creo que puedas hacer eso con esa cara que dios te ha dado.
Las carcajadas se hicieron escuchar entre el estruendo producido por los potentes motores del B-29.
- ¿Y tu? ¿Que tienes pensado hacer?
- Yo, iré a casa de mis padres y le pediré a mi madre que me haga el estofado con patatas y verdura que suele hacer los domingos, durante un mes seguido. Después subiré a mi habitación y tocaré la guitarra hasta quedarme dormido.
- Vaya plan... Seguro que te mueres por una sobredosis de diversión.
Una vez más las sornas y las carcajadas volvieron a invadir el compartimento del avión.
Eran las 8:00 A.M. del día 6 de Agosto de 1945 y el B-29 Enola Gay había entrado en espacio aéreo japonés para aproximarse a la ciudadela de Hiroshima.
Una hora antes, el capitán de la armada William Parsons, había armado la bomba, mientras que, media hora antes de alcanzar el objetivo, el subteniente Morris Jeppson, quitaba los dispositivos de seguridad.
Little Boy estaba lista.
Paul Tibbets, comandante y piloto, lanzó una rápida mirada hacia atrás mientras sonreía.
- Muchachos centrémonos en devolverles el golpe a los japoneses ¿Esta la bomba armada?
- ¡Si, señor! ¡La bomba está armada!
- ¿Y los dispositivos de seguridad quitados?
- ¡Si, señor! ¡Lo están!
- Bien...Pues vamos allá ...
Quince minutos después, a las 8:15 A.M. Del 6 de Agosto de 1945, el B-29 Enola Gay alcanzaba la vertical de Hiroshima.
Las alarmas de posible habían sonado en la ciudad una hora antes, ya que aquel bombardero había sido detectado, pero tras un vuelo japonés de reconocimiento se descartó el bombardeo al no localizar una flota de bombarderos. Así pues, las 225.000 personas que vivían en la ciudad, continuaron con sus quehaceres habituales.
Lo que no sabían es que los americanos ya no necesitaban cientos de aviones para desatar el infierno.
El copiloto del bombardero, el capitán Robert Lewis, observó los indicadores de distancia y altura del panel central.
- Nos encontramos sobre el objetivo.
- De la orden.
Robert Lewis pulsó el botón que daba vía libre al bombardeo. Esa luz verdosa fue observada por el artillero de cola, Bob Caron que, junto a sus compañeros abrió la escotilla.
- ¡Señor, todo listo!
Paul Tibbets y Robert Lewis escucharon la señal...Segundos después de pulsaba el botón... La Bomba Atómica de 13 Kilotones denominada Little Boy comenzó su caída sobre Hiroshima...
Segundos después la bomba detonaba sobre la clínica quirúrgica de Shima.
Una columna de humo gigantesca comienza a ascender rápidamente. En el centro de la misma se deja observar un terrible color rojo. Repentinamente, tras el colosal estruendo, el B-29 se zarandea ante una bestial turbulencia.
Los incendios se empiezan a multiplicar por miles...Son incapaces de numerar...Al mismo tiempo, abriéndose bajo ellos como ya les habían avisado, se comienza a abrir un gigantesco hongo que crece, y crece...
Todo desaparece bajo un humo que se engulle a sí mismo mientras lo envuelve todo... El color púrpura se extiende por doquier...
Abajo... la temperatura ha ascendido a un millón de grados centígrados...El aire se incendia creando una bola de fuego de 256 metros de diámetro mientras se expande 247 metros...
Entre 70.000 y 80.000 hombres, mujeres y niños morirán instantáneamente... Otras 70.000 serán heridas de gravedad...Otros cientos no lo saben, pero desarrollarán cánceres letales...
El radio total de destrucción fue de 1,6 kilómetros...Los incendios alcanzaron 11 kilómetros...
Con una sola bomba... Con un solo botón...
El silencio se hizo dentro del Enola Gay... Todos habían quedado impactados...Robert Lewis, con la boca abierta y las lágrimas naciendo de sus ojos miro a Paul Tibbets...
- Dios mío...¿Que hemos hecho?
Más tarde los tripulantes del Enola Gay serían recibidos en Estados Unidos como héroes. Al bajar del avión se les felicitaría por haber matado a 140.000 personas en cinco segundos tras apretar un botón.
Se les asignaría un sueldo y se les honraría allí donde fueran.
Paul Tibbets, piloto del B-29 Enola Gay nunca se arrepentiría de su acto, es más, declararía: "No siento ningún arrepentimiento. Soy un soldado y me dieron una orden. Cuando un soldado recibe una orden, la cumple. Si mueren 200.000 personas yo no tengo la culpa. No lo decidí y lo ignoraba".
En contraposición, Claude Eatherly, rechazó ser tratado como un héroe, el no sentía que debiera ser premiado, si no castigado. Ninguno de sus compañeros entendía su culpa. Solo habían cumplido ordenes. Pero él lo veía de distinta manera. Donó entre lágrimas de dolor su recompensa a las víctimas y escribió varias cartas de arrepentimiento...Nunca más pudo dormir...
Finalmente, tras vivir una vida oscurecida por una culpa insoportable murió el 1 de julio de 1978 internado en un psiquiátrico.
El filósofo Günther Anders diría de él en su libro El Piloto de Hiroshima :
" Claude Eatherly era el único hombre sano en una época enferma"
domingo, 2 de agosto de 2020
POSTEO 54: La esclavitud desde el espacio
LA ESCLAVITUD DESDE EL ESPACIO
por Austin Choi-Fitzpatrick (Fragmento de The Good Drone)
A nivel mundial, la esclavitud florece en sectores económicos no regulados y espacios sociales pasados por alto. La esclavitud es ilegal en todo el mundo, pero se practica a nivel mundial. El científico social y experto en lucha contra la esclavitud Kevin Bales, mi colega de la Universidad de Nottingham, ha sido pionero en la investigación sobre el tema, y sus hallazgos son aleccionadores. Decenas de millones de personas aún viven en la esclavitud. La esclavitud, en general, es cuando una persona retiene a otra por medio de la fuerza, el fraude, las amenazas o la coerción con el propósito de explotación económica. Las formas de explotación varían ampliamente e incluyen el tráfico para la explotación sexual (a veces llamado tráfico sexual), el matrimonio forzado, la esclavitud en tiempos de guerra y el trabajo en condiciones de servidumbre.
Se estima que la mitad de las personas que viven en la esclavitud en todo el mundo viven en un cinturón que abarca Pakistán, India y Nepal. Escribí mi último libro sobre explotación en India y pasé incontables horas recorriendo el interior para entrevistar a los autores y sobrevivientes de la servidumbre por deudas.
Un sistema de servidumbre por deudas convierte los préstamos pequeños en obligaciones a largo plazo, y esta explotación económica se amplifica por una cultura de desigualdad de castas. El resultado son millones de vidas atrapadas en la pobreza extrema sin esperanza de escapar. La explotación que rastreé tuvo lugar en los campos, las canteras de piedra y los hornos de ladrillos de la India rural. Esta industria está muy extendida y victimiza a millones. ¿Por qué este problema persiste en el presente? En una entrevista tras otra, escuché historias sobre lo poco que a los funcionarios locales les importaba hacer cumplir la ley. Estos informes de corrupción e indiferencia se alinean con la investigación de Bales. Él encuentra que la pobreza y la corrupción son dos de los factores clave que impulsan la explotación.
Esta corrupción es generalizada en las bases, pero es endémica en todos los sistemas oficiales encargados de realizar un seguimiento de los hornos de ladrillos y su funcionamiento. Como resultado, ninguna entidad en la India maneja una lista exhaustiva del número de hornos, sin mencionar la tasa de explotación en el sitio. Los investigadores y activistas que desean apuntar a estos espacios para la investigación o las intervenciones están limitados a sus propios medios, trabajando a un ritmo insostenible en una franja inmanejable del subcontinente. Una evaluación a nivel de la población del número de hornos sería una bendición tanto para los académicos como para el naciente movimiento antiesclavista de la India.
Fuertes asociaciones de grupos de defensa civil han ubicado estos lugares por medios terrestres, pero este es un proceso lento y arduo. En la Universidad de Nottingham, nuestro proyecto Slavery from Space se propuso cambiar eso. El proyecto se basa en la experiencia de Doreen Boyd, un erudito de observación de la tierra, y Stuart Marsh, un ingeniero geoespacial del Instituto Geoespacial de Nottingham, así como la experiencia de Planet Labs, una firma privada de imágenes de la tierra. En Nottingham, Kevin, Stuart, Doreen y yo somos parte de un Laboratorio de Derechos interdisciplinario único centrado en la investigación innovadora sobre la esclavitud y la emancipación. Esto incluye la observación de la Tierra centrada en los derechos que se basa en una combinación de satélites, cruzamiento de datos e inteligencia artificial para mapear datos satelitales y crear el primer registro de hornos de ladrillos en India. Las aplicaciones futuras podrían incluir documentar el alcance de la industria pesquera en Ghana o la recolección de carbón en el Amazonas. La esclavitud es rampante en esos lugares.
Este proceso comenzó como una iniciativa de interés público. La idea era reclutar voluntarios para analizar fotos de Google Maps y etiquetar áreas que parecían hornos de ladrillos. Cuando este primer programa piloto tuvo éxito, el equipo amplió sus esfuerzos a través del aprendizaje automático, es decir, el uso de inteligencia artificial. Por supuesto, nada de esto sería útil sin una red de colaboradores vibrante y robusta en el terreno. Una mejor visión de los viejos problemas debe complementar las nuevas soluciones. Este es el punto señalado por observadores como Jakub Sobik, un portavoz del grupo de defensa Anti-Slavery International, con sede en el Reino Unido, que señaló que hay “desafíos más apremiantes como … salarios retenidos, falta de contabilidad transparente, [y] no aplicación de leyes laborales existentes.” Para aquellos familiarizados con la lucha por los derechos indígenas, de mujeres y dalit en la India, estas son preocupaciones perennes para las cuales debe haber soluciones democráticas. Las imágenes satelitales ofrecen un punto de presión clave en los esfuerzos de defensa internacional, al dar a los grupos de la sociedad civil influencia en los cambios de comportamiento de los funcionarios electos y los funcionarios burocráticos por igual.
sábado, 1 de agosto de 2020
POSTEO 53: Experimentos con humanos en África
POSTEO 52: Es solo un viaje
miércoles, 15 de julio de 2020
POSTEO 51: La carta atómica que atormentó a Einstein
Albert Einstein escribe una carta al presidente Roosevelt en la que le advierte que la Alemania nazi podría estar desarrollando un arma nuclear y sugiere que EE.UU. debe adelantarse
La historia de la bomba atómica puede contarse enlazando calurosos días de agosto. Del 6 y 9 de agosto de 1945 –Hiroshima y Nagasaki– al 2 de agosto de 1939, el día en que Albert Einstein firmó la carta que lo comenzó todo. La carta que le atormentaría hasta el fin de sus días. Esta es la historia, también, de cómo una nevera lleva a la bomba. O la historia de cómo un pacifista, uno de los pocos académicos alemanes que ya en 1914 condenó el militarismo de su país, acabaría entrando en el imaginario colectivo como “padre de la bomba nuclear”. Así lo bautizó la revista Time en 1945, cuando lo colocó en la portada junto a un hongo nuclear con el “e=mc2”. “Fue la gran tragedia de su vida –dice Jürgen Neffe, uno de sus más recientes biógrafos–. Una enorme injusticia.Culpar a Einstein de Hiroshima es como culpar a Jesucristo de la Inquisición o los cruzados ”. Einstein formuló en 1905 la ecuación que 40 años más tarde serviría de base teórica para fabricar la bomba. Su contribución podría haberse quedado ahí si en julio de 1939 su viejo amigo Leó Szilárd no se hubiese presentado en Long Island, donde veraneaba el científico, con noticias inquietantes. Szilárd era un físico húngaro judío que, como Einstein, se había exiliado a EE.UU. huyendo de los nazis.
Se conocían de los años 20 en Berlín, cuando juntos patentaron un modelo de nevera que trataron de comercializar sin éxito. El húngaro había ido a Long Island a pedir ayuda. Los alemanes habían logrado la fisión del uranio y Szilárd, que investigaba la reacción nuclear en cadena, entendió que era el primer paso para fabricar armas atómicas. Quería alertar antes de que los nazis, que ya tenían Checoslovaquia, se hicieran con más minas de uranio. Pero necesitaba a alguien con el prestigio de Einstein –Nobel desde 1921, ya era el científico más famoso del mundo– para que los que mandaban le escuchasen. Einstein se asombró –“¡Nunca se me había ocurrido!”, exclamó sobre la reacción en cadena– pero entendió rápidamente lo que estaba en juego y aceptó enviar una carta a Franklin D. Roosevelt. Dictó una primera versión en alemán y Szilárd redactó el texto definitivo en inglés. Lo más difícil, y en eso también ayudó, fue encontrar a quien entregase la carta. Primero pensaron en Charles Lindhberg, piloto del primer vuelo transatlántico en 1927, sin saber que había sido condecorado por Göring y era partidario de que EE.UU. dejase a los nazis tranquilos.
Finalmente el emisario fue Alex Sachs, economista de Lehman Brothers y amigo de Roosevelt. En la misiva, fechada el 2 de agosto en Peconic, Long Island, Einstein explicaba al presidente de EE.UU. la posibilidad “en el futuro inmediato” de que se use uranio para hacer “bombas extremadamente poderosas”. El apocalipsis: “Una sola de estas bombas, llevada por un barco y explotada en un puerto, podría destruir el puerto por completo, así como el territorio circundante”. EE.UU. debía asegurarse el suministro de uranio y “acelerar” la investigación nuclear. La firma de Einstein funcionó.
Diez días después de recibir la carta, nacía el llamado Comité Briggs, considerado el germen del proyecto Manhattan que desarrolló la bomba atómica. “La carta no es una anécdota. Convenció a Roosevelt de que había que actuar”, señala Cindy Kelly, presidenta de la Fundación por el Patrimonio Atómico, que vela por la memoria del proyecto Manhattan. Sin embargo, ve “una exageración” llamar a Einstein padre de la bomba: “Su participación en realidad fue muy marginal”. De hecho, quedó fuera del proyecto Manhattan. Su colaboración fue puntual: en 1941 le pidieron ayuda para un problema teórico, que resolvió en dos días. Einstein nunca mostró interés en entrar pero tampoco hubiese podido. El FBI lo había vetado. Hoover le creía un “riesgo para la seguridad” por su pacifismo y supuesto filocomunismo. La carta de 1939 acabaría siendo un clavo para Einstein. En 1945, con Alemania a las puertas de la derrota, el científico volvió a escribir a Roosevelt. Le pedía que hablase con Szilárd, que (él sí) trabajaba en el programa Manhattan y estaba igual de alarmado con la posibilidad de que Estados Unidos acabase utilizando el arma nuclear.
Esta última carta fue escrita en marzo. En abril murió Roosevelt. “Einstein nunca quiso que la bomba se lanzara –asegura Neffe–. Trató de impedirlo pero, como en una tragedia clásica griega, la carta nunca fue leída. Truman la encontró cerrada en el escritorio de Roosevelt”. Las bombas se arrojaron. Un día después de Nagasaki, se publicó el informe Smyth, relatando cómo se habían fabricado en secreto. Para amargura de Einstein, se daba mucha importancia a la carta de 1939. “Su papel fue resaltado, seguramente porque su nombre daba legitimidad –apunta Kelly–. Y la prensa se agarró al tema”.
La portada de Time le sentó fatal, como otra de Newsweek . “Recibía cartas llamándole asesino. Fue una mancha que nunca logró limpiar ”, dice Neffe. Escribió a una revista japonesa que le preguntó cómo fue capaz e insistió en que siempre había sido un pacifista y que sólo la posibilidad de que los alemanes lograran la bomba le hizo firmar la carta: “No veía ninguna otra salida”. Con el paso del tiempo y más perspectiva, muchos historiadores creen hoy que la bomba se hubiese inventado igualmente sin la carta, pero quizá EE.UU. no habría llegado a tiempo para usarla en Hiroshima y Nagasaki. El científico se lo llevó a la tumba. En 1954, cinco meses antes de morir, le dijo a un amigo: “He cometido un gran error en mi vida: firmar esa carta”.
martes, 7 de julio de 2020
POSTEO 50: Aktion T4
POSTEO 49: Bayer y las abejas
martes, 30 de junio de 2020
POSTEO 48: La destrucción de la humanidad garantizada
POSTEO 47: Un apocalipsis científico y tecnológico
viernes, 19 de junio de 2020
POSTEO 46: Una pesadilla científica
jueves, 18 de junio de 2020
POSTEO 45: ¿Un futuro de ciencia dictatorial?
miércoles, 17 de junio de 2020
POSTEO 44: Ciencia y globalización
martes, 16 de junio de 2020
POSTEO 43: El proyecto del conocimiento universal
lunes, 15 de junio de 2020
POSTEO 42: Asombro y escepticismo
lunes, 8 de junio de 2020
POSTEO 41: La ciencia escondida en Los Simpsons
martes, 2 de junio de 2020
POSTEO 40: La bomba atómica fue creada por un equipo de científicos
domingo, 24 de mayo de 2020
POSTEO 39: La ciencia en la vida cotidiana
viernes, 22 de mayo de 2020
POSTEO 38: La aventura emocionante de la ciencia
miércoles, 20 de mayo de 2020
POSTEO 37: Chaplin víctima de los Tiempos Modernos.
martes, 19 de mayo de 2020
POSTEO 36: Bertrand Russell habla de la filosofía y la ciencia
domingo, 17 de mayo de 2020
POSTEO 35: La Ciencia ha transformado nuestras vidas.
viernes, 8 de mayo de 2020
POSTEO 34: Descartes: Meditación Segunda (Lectura comentada)
miércoles, 6 de mayo de 2020
POSTEO 33: Descartes: Meditación Primera (Lectura comentada)
domingo, 3 de mayo de 2020
POSTEO 32: ¿Hasta dónde dudó Descartes?
Dijo Descartes:
viernes, 1 de mayo de 2020
POSTEO 31: El cerebro en una cubeta conectado a una computadora
miércoles, 29 de abril de 2020
POSTEO 30: Buscando la verdad libremente y sin fin: razón y experiencia
lunes, 27 de abril de 2020
POSTEO 29: ¿Percepciones o alucinaciones?
sábado, 25 de abril de 2020
POSTEO 28: Descartes y los androides que pasaban frente a una ventana
Dijo Descartes:
viernes, 24 de abril de 2020
POSTEO 27: El laberinto de la verdad
miércoles, 22 de abril de 2020
POSTEO 26: Descartes y la mala educación
Dijo Descartes:
POSTEO 25: El Folium de Descartes
POSTEO 24: El cuerpo y la mente
POSTEO 23: La apuesta de Pascal
POSTEO 22: El camino a la verdad eres tú
POSTEO 21: Bienvenid@ al desierto de lo real
POSTEO 20: Si las máquinas tuvieran conciencia
POSTEO 19: Descartes y los androides
Y dijo Descartes:
POSTEO 18: El extraño encuentro de la mente con la realidad
POSTEO 17: Descartes en 8 bits
POSTEO 16: El universo geométrico que nos mostró Descartes
POSTEO 15: Descartes en tres minutos
POSTEO 14: La verdad libera pero la libertad no es un juego
POSTEO 13: El solipsismo de Descartes
Dijo Descartes:
POSTEO 12: Un agujero en la realidad
POSTEO 11: El argumento de la simulación
martes, 21 de abril de 2020
POSTEO 10: Lo que dijo Descartes sobre los sueños y la realidad
Es un sueño la vida,
pero un sueño febril que dura un punto;
Cuando de él se despierta,
se ve que todo es vanidad y humo…
¡Ojalá fuera un sueño
muy largo y muy profundo,
un sueño que durara hasta la muerte!…
Yo soñaría con mi amor y el tuyo.
Y esto dijo Descartes:
POSTEO 9: El viaje en busca de la verdad
POSTEO 8: La caverna de Platón
POSTEO 7: La verdad frente al engaño
POSTEO 6: La iniciativa de Descartes
POSTEO 5: Morfeo, Neo y Descartes
POSTEO 4: Los clones de La Isla y el Genio Maligno
esperanza.