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domingo, 2 de agosto de 2020

POSTEO 54: La esclavitud desde el espacio

LA ESCLAVITUD DESDE EL ESPACIO

por Austin Choi-Fitzpatrick (Fragmento de The Good Drone)

horno

A nivel mundial, la esclavitud florece en sectores económicos no regulados y espacios sociales pasados ​​por alto. La esclavitud es ilegal en todo el mundo, pero se practica a nivel mundial. El científico social y experto en lucha contra la esclavitud Kevin Bales, mi colega de la Universidad de Nottingham, ha sido pionero en la investigación sobre el tema, y ​​sus hallazgos son aleccionadores. Decenas de millones de personas aún viven en la esclavitud. La esclavitud, en general, es cuando una persona retiene a otra por medio de la fuerza, el fraude, las amenazas o la coerción con el propósito de explotación económica. Las formas de explotación varían ampliamente e incluyen el tráfico para la explotación sexual (a veces llamado tráfico sexual), el matrimonio forzado, la esclavitud en tiempos de guerra y el trabajo en condiciones de servidumbre.

Se estima que la mitad de las personas que viven en la esclavitud en todo el mundo viven en un cinturón que abarca Pakistán, India y Nepal. Escribí mi último libro sobre explotación en India y pasé incontables horas recorriendo el interior para entrevistar a los autores y sobrevivientes de la servidumbre por deudas.

Un sistema de servidumbre por deudas convierte los préstamos pequeños en obligaciones a largo plazo, y esta explotación económica se amplifica por una cultura de desigualdad de castas. El resultado son millones de vidas atrapadas en la pobreza extrema sin esperanza de escapar. La explotación que rastreé tuvo lugar en los campos, las canteras de piedra y los hornos de ladrillos de la India rural. Esta industria está muy extendida y victimiza a millones. ¿Por qué este problema persiste en el presente? En una entrevista tras otra, escuché historias sobre lo poco que a los funcionarios locales les importaba hacer cumplir la ley. Estos informes de corrupción e indiferencia se alinean con la investigación de Bales. Él encuentra que la pobreza y la corrupción son dos de los factores clave que impulsan la explotación.

Esta corrupción es generalizada en las bases, pero es endémica en todos los sistemas oficiales encargados de realizar un seguimiento de los hornos de ladrillos y su funcionamiento. Como resultado, ninguna entidad en la India maneja una lista exhaustiva del número de hornos, sin mencionar la tasa de explotación en el sitio. Los investigadores y activistas que desean apuntar a estos espacios para la investigación o las intervenciones están limitados a sus propios medios, trabajando a un ritmo insostenible en una franja inmanejable del subcontinente. Una evaluación a nivel de la población del número de hornos sería una bendición tanto para los académicos como para el naciente movimiento antiesclavista de la India.

Fuertes asociaciones de grupos de defensa civil han ubicado estos lugares por medios terrestres, pero este es un proceso lento y arduo. En la Universidad de Nottingham, nuestro proyecto Slavery from Space se propuso cambiar eso. El proyecto se basa en la experiencia de Doreen Boyd, un erudito de observación de la tierra, y Stuart Marsh, un ingeniero geoespacial del Instituto Geoespacial de Nottingham, así como la experiencia de Planet Labs, una firma privada de imágenes de la tierra. En Nottingham, Kevin, Stuart, Doreen y yo somos parte de un Laboratorio de Derechos interdisciplinario único centrado en la investigación innovadora sobre la esclavitud y la emancipación. Esto incluye la observación de la Tierra centrada en los derechos que se basa en una combinación de satélites, cruzamiento de datos e inteligencia artificial para mapear datos satelitales y crear el primer registro de hornos de ladrillos en India. Las aplicaciones futuras podrían incluir documentar el alcance de la industria pesquera en Ghana o la recolección de carbón en el Amazonas. La esclavitud es rampante en esos lugares.

Este proceso comenzó como una iniciativa de interés público. La idea era reclutar voluntarios para analizar fotos de Google Maps y etiquetar áreas que parecían hornos de ladrillos. Cuando este primer programa piloto tuvo éxito, el equipo amplió sus esfuerzos a través del aprendizaje automático, es decir, el uso de inteligencia artificial. Por supuesto, nada de esto sería útil sin una red de colaboradores vibrante y robusta en el terreno. Una mejor visión de los viejos problemas debe complementar las nuevas soluciones. Este es el punto señalado por observadores como Jakub Sobik, un portavoz del grupo de defensa Anti-Slavery International, con sede en el Reino Unido, que señaló que hay “desafíos más apremiantes como … salarios retenidos, falta de contabilidad transparente, [y] no aplicación de leyes laborales existentes.” Para aquellos familiarizados con la lucha por los derechos indígenas, de mujeres y dalit en la India, estas son preocupaciones perennes para las cuales debe haber soluciones democráticas. Las imágenes satelitales ofrecen un punto de presión clave en los esfuerzos de defensa internacional, al dar a los grupos de la sociedad civil influencia en los cambios de comportamiento de los funcionarios electos y los funcionarios burocráticos por igual.

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